Estudio de la Universidad Médica de Viena: Las partes más pequeñas de micro y nanoplásticos ingresan al cuerpo a través de los alimentos y el agua potable, e incluso al cerebro. La barrera hematoencefálica no representa un obstáculo para estos diminutos contaminantes. Esta barrera normalmente está destinada a proteger el cerebro de la entrada de patógenos y toxinas, pero en el caso de los microplásticos y nanoplásticos, no proporciona ninguna protección.

Mientras que las partes más grandes de los microplásticos (0,001 a 5,0 mm) son incluso visibles a simple vista, los nanoplásticos por debajo de 0,001 mm ya no son visibles para nosotros. Las impurezas ingresan a nuestro cuerpo a través de la cadena alimenticia y el aire. La absorción a través del agua potable juega un papel importante. Con el consumo de 1,5 – 2 litros de agua al día procedente de botellas de plástico, se ingieren alrededor de 90.000 partículas de plástico al año. Dependiendo de la región, el agua del grifo absorbe alrededor de 40.000 partículas de plástico.

La conclusión personal para cualquiera que quiera evitar la ingestión de microplásticos en el cuerpo y el daño a largo plazo, con efectos que aún no se han investigado completamente, es: evitar beber agua de botellas de PET y filtrar el agua del grifo.

Con la tecnología de filtrado adecuada y los dispositivos de filtración de agua adecuados, también se eliminan residuos de medicamentos, bacterias, PFAS y muchas otras posibles sustancias. Una solución a largo plazo para toda la familia. ¡Para tu salud!