A finales del siglo XX, se desarrollaron los primeros sistemas de filtros de ósmosis inversa, a veces también llamados filtros moleculares, para los hogares. El proceso de filtrado real se lleva a cabo completamente sin productos químicos y sin electricidad y logra la pureza a través de la nanofiltración. Se utilizan materiales tecnológicos a modo de membrana semipermeable, que retienen sustancias más grandes que las moléculas de agua. Y dado que las moléculas de agua se encuentran entre los elementos más pequeños, el efecto de filtrado es enorme y completo. De esta forma se puede eliminar hasta el 99 % de las materias extrañas. Este nivel de pureza no puede ser igualado por ninguna otra tecnología comercialmente viable que pueda usarse en los hogares. Además de bacterias, pesticidas y nitratos, también se eliminan antibióticos, residuos de medicamentos y drogas, sales disueltas, aminoácidos, colorantes, cloro, olores, virus y muchos otros componentes indeseables.

La destilación es otro proceso no relacionado con la tecnología de ósmosis inversa. Varias sustancias volátiles aún pueden estar presentes durante el proceso de destilación.

El agua no se crea recientemente en la tierra, hemos estado viviendo con este suministro limitado de agua durante miles de años. Solo alrededor del 2,5% de toda el agua de la Tierra está disponible como agua dulce, incluidos los icebergs y los glaciares.

El ciclo del agua de evaporación, condensación en forma de lluvia y reciclaje ocurre continuamente en la Tierra, y cualquier contaminante que ingrese al ciclo y no pueda ser eliminado por obras hidráulicas queda bloqueado permanentemente en el ciclo.

Aproximadamente 40-50 sustancias se prueban en agua potable de acuerdo con las especificaciones de la Ordenanza de agua potable. Según fuentes el agua puede contener «fácilmente 1.500 sustancias de origen antropogénico» . Incluyendo la contaminación por toxinas ambientales, residuos industriales, estiércol líquido de la agricultura industrial, medicinas, drogas, hormonas, bacterias. La OMS exige que se analicen «200 sustancias por sus efectos sobre la salud conocidos»*. A menudo se lee sobre alarmas bacterianas y otras alarmas de agua potable en comunicados de prensa. Ahora hay muchos informes sobre la presencia de sustancias no probadas en el agua, incluso en Alemania. Los valores límite se han ajustado y aumentado con más frecuencia en el pasado. Todavía no hay valores límite para muchos contaminantes.

Según Raik Garve, las toxinas comunes en nuestro entorno son los metales pesados. El arsénico, el plomo, el mercurio, así como el aluminio y otras sustancias, como las sustancias similares a las hormonas y los microplásticos, son una carga que se puede detectar en muchas personas. Interfieren con el funcionamiento de las enzimas de nuestro organismo, lo que puede derivar en enfermedades crónicas.

Los dispositivos de filtro de ósmosis inversa seguros y de alta calidad pueden eliminar estos contaminantes del agua potable. También se eliminan bacterias, virus, cal y muchos otros componentes no deseados. Ahora hay muchos modelos de dispositivos de filtro de ósmosis inversa en diferentes rangos de rendimiento y precio en el mercado. La pureza del material, los valores de rendimiento y la seguridad a largo plazo son decisivos para estos dispositivos de filtrado. El agua potable pura debe garantizarse de manera confiable y los materiales no deben volver a liberarse involuntariamente en el agua. También hay que tener en cuenta los grifos de agua, que en muchos casos están fabricados con aleaciones metálicas y tienen contacto directo con el agua potable. Una comisión examina criterios importantes para los sistemas de filtrado y emite los certificados correspondientes.