El hidrógeno, como portador de energía y fuente potencial de energía del futuro, es objeto de amplias investigaciones y de numerosos artículos especializados. Toda una armada de científicos está trabajando en la investigación, extracción y almacenamiento de una fuente de energía respetuosa con el clima para el futuro. Se trata de propulsión de vehículos limpios y neutros para el clima, generación de electricidad, suministro de energía a hogares y muchos otros ámbitos de aplicación con el llamado hidrógeno verde. El hidrógeno se produce, entre otras cosas, por electrólisis, la división del agua en oxígeno e hidrógeno. Se están investigando y desarrollando nuevos recursos y métodos de extracción.

Pero el hidrógeno no sólo es una fuente de energía eficiente para la industria. El hidrógeno, al ser la partícula más pequeña, llega a las zonas más remotas de nuestro cuerpo en forma coherente –como moléculas de H2– y enriquece nuestro balance energético en las centrales eléctricas de nuestras células. Las mitocondrias. Estos son los responsables de la energía que permite nuestro metabolismo y nos proporciona energía vital.

Durante el metabolismo energético se producen productos de desecho que se depositan en nuestras células en forma de radicales libres. Estos depósitos nos dificultan la generación de más energía y nuestra fuerza mental y física, así como nuestra energía vital, a veces disminuyen notablemente. Los radicales libres también han sido señalados en estudios como causa del envejecimiento prematuro. Son causadas por toxinas ambientales, mala calidad del aire, tabaquismo, estrés, dieta poco saludable o desequilibrada y consumo de alcohol. ¡Aquí es donde entra el superhéroe H2! Las vitaminas se componen, entre otras cosas, de compuestos H2. Sin embargo, si esto no es suficiente en muchos casos, se necesitan fuentes de apoyo. El hidrógeno también entra a nuestro cuerpo a través del agua potable. Lo único que hay que hacer es enriquecerlo con H2 gaseoso. Esto se consigue mediante los llamados generadores de hidrógeno o, aún más eficazmente, potenciadores de hidrógeno. Cuanto mayor sea la saturación de H2, mejor para nuestras células y nuestro equilibrio energético. Esta potente agua potable se puede preparar en cuestión de minutos a partir de agua corriente normal y beber directamente.

El hidrógeno disuelto en agua es una forma natural y siempre es tolerado por adultos y niños. Incluso se ha detectado hidrógeno en manantiales que se sabe que tienen propiedades curativas. Los científicos creen que es precisamente esta saturación de H2 en estos manantiales lo que explica las propiedades curativas y los efectos positivos sobre nuestro organismo. Según varios estudios, beber agua enriquecida con hidrógeno actúa como una fuente de juventud y un refuerzo de energía. El rendimiento físico mejora, se reduce el exceso de peso, se reducen los dolores de cabeza y el aumento del cansancio y la fatiga. El aumento de la aptitud física, la movilidad y la vitalidad mental ha sido demostrado en numerosos estudios a lo largo de los años.